Por Orlando Salerno.
El ajusticiamiento contra el ex dictador nicaragüense, Anastasio Somoza Debayle, colocó al Paraguay en los titulares del mundo y dejó en ridículo a la dictadura stronista.
Pasadas las 10:35 de la mañana, del 17 de septiembre de 1980, un comando argentino interceptó el Mercedes Benz blanco que transportaba a Somoza, sobre la Avenida España (antes conocida como ‘Generalísimo Franco’, en honor al dictador español), a la altura de las calles América y Venezuela, lugar donde fue el target del grupo armado.
Para ejecutar dicho golpe mortal, se utilizó una ametralladora M-16, una bazooka y siete personas que hicieron el trabajo de inteligencia (tres mujeres y cuatro hombres), todos ellos encabezados por el guerrillero Enrique Gorriarán Merlo alias ‘Ramón’, quien militaba en las filas del Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores, que combatió en la Argentina durante los años 70.
Tras el Golpe cívico-militar de Rafael Videla en Argentina, Merlo fue a Nicaragua donde se estaba gestando la Revolución Sandinista, que lograría vencer a la Guardia Nacional y así tumbar al último dictador de la dinastía Somoza, que duró de 1937 a 1979.
La dictadura somocista comenzaba a finales de los años treinta, pero la maniobra comenzó mucho antes, mediante el General Anastasio Somoza García, cabeza de la familia que se sentaría en el trono dorado del poder, por encima de su pueblo y por más de 40 años.
El mismo comenzó su carrera política siendo Cónsul de Nicaragua en Costa Rica, luego Ministro de Relaciones Exteriores y ejerció el control sobre la Guardia Nacional, cuando fue asesinado el revolucionario nicaragüense Augusto Sandino, pese a la negativa del entonces presidente Juan Bautista Sacasa, el ‘padrino político’ que designó a Somoza García los mencionados cargos y quien sería derrocado por éste, mediante un golpe de Estado en 1937, a base de traición y apoyo de los EE.UU, quienes crearon la Guardia Nacional para defender a las tropas norteamericanas, que comenzaban a ocupar territorio nicaragüense a finales de los años veinte, algo que Sandino y sus camaradas se opusieron.
‘Puede ser que Somoza sea un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta‘, eso dijo Cordell Hull, Secretario de Estado del Gobierno de Theodore Roosevelt.
‘Tacho’ Somoza, como le decían sus familiares, gobernó durante los periodos 1937 a 1947 y por segunda vez de 1950 a 1956, siendo del Partido Liberal Nacionalista. En los años que no ocupó la presidencia, lo hacían gobiernos títeres y manejados por él. Pero lo que no cambió en esos gobiernos fue la represión, tortura y pobreza sobre su gente, mientras que la fortuna de su familia iba ascendiendo puestos en los rankings de los más millonarios del mundo.
Finalmente, el hombre fuerte de Nicaragua (el primero de ellos), sería herido de muerte el 21 de septiembre de 1956, cuando participaba en una fiesta de su partido, que lo volvía a candidatar como presidente.
El mismo se encontraba en una mesa con su esposa Salvadora Debayle, cuando un joven poeta y militante del partido opositor ‘Liberal Independiente’, llamado Rigoberto López Pérez, disparó cinco tiros sobre el dictador, siendo cuatro de ellos efectivos.
La ráfaga de balas de varios presentes no tardaron en responder y el joven de 27 años murió al instante, mientras que el herido ‘Tacho’, murió el 29 de septiembre de ese mismo mes, quedando su hijo mayor, Luis Somoza Debayle, como heredero de la presidencia de Nicaragua y de una fortuna de mil millones de dólares, que su padre recaudó con mucha cleptocracia.
LOS HIJOS DE SOMOZA Y UNA NEFASTA TRADICIÓN.
Luis, el hijo mayor del primer ajusticiado del clan Somoza, desde muy joven siguió los pasos de su padre, estando al frente de la Guardia Nacional y posteriormente fue presidente del Congreso, cargo que lo habilitó para asumir la presidencia y así terminó el período de su padre, hasta 1963.
Una vez alejado de la política, pero nunca del poder, Luís sufrió un ataque al corazón y falleció en 1967, un mes después de que su hermano menor, Anastasio Jr, asumiera la presidencia, para continuar el nepotismo en el mando, el baño de sangre y la escandalosa corrupción en Nicaragua.
‘Tachito’, era un diminutivo del apodo de su padre, que portaba Anastasio Somoza Jr durante su régimen que comenzó en 1967. Él mismo vivió en los EE.UU durante toda su juventud y contrajo matrimonio con su prima (si su prima), norteamericana llamada Hope Portocarrero Debayle, con quien residió en Nueva York en los años 50s.
Tras varios gobiernos funcionales a la agenda política y económica de los EE.UU, fue durante el gobierno de ‘Tachito’ que finalmente los norteamericanos dan el golpe maestro, instalando en Nicaragua importantes entidades como el Citigroup, Bank of America, Chase Manhattan Bank, así como centros comerciales y casinos al estilo de Las Vegas, donde Anastasio era propietario de uno. Los dólares empezaban a llover sobre unos pocos en Nicaragua, entre ellos, políticos, militares y empresarios afines con la dictadura somocista.
Por otra parte, también se estaba desarrollando un movimiento armado insurgente denominado ‘Frente Sandinista de Liberación Nacional (FNLS)’, en memoria de aquel revolucionario asesinado por el padre del flamante presidente.
Anastasio (hijo) entregó el poder en 1972, a la llamada ‘Junta Nacional de Gobierno’, integrada por el Partido Liberal Nacionalista y el Partido Conservador, quienes habían firmado un pacto de alianza un año antes, que permitía la reelección. Jugada astuta de Debayle, quien se presentaba nuevamente y lograba también su segundo mandato al frente de Nicaragua.
LA CAÍDA DE LA DINASTÍA SOMOZA EN NICARAGUA.
Un terremoto que azotó a Managua, capital de Nicaragua, cuya ayuda monetaria internacional destinado para ayudar a los afectados, fue directo a parar a las cuentas bancarias de los Somoza, más el asesinato del periodista Pedro Joaquín Chamorro, director del diario opositor La Prensa y las políticas anti dictatoriales y pro DD.HH del nuevo presidente de los EE.UU, Jimmy Carter, colocaron los cimientos para un verdadero estallido social y se dio en forma de lucha armada, contra ese gobierno déspota.
La primera acción contundente que hizo que la guerilla gane apoyo masivo, fue el asalto al Congreso de ese país, en agosto del año 1978, por 25 miembros del FSLN, quienes tomaron de rehén a diputados, embajadores y parientes de Somoza, quienes se encontraban ahí.
La guerrilla exigía la liberación de todos detenidos de sus filas, medio millón de dólares y dos aviones para ir a Venezuela y Panamá. Dicha demanda, se cumplió luego de 48 horas de tensión en todo el país.
No era el mejor momento para Anastasio Debayle, quien en esa época se estaba divorciando de su prima/esposa, luego de que ésta le descubriera una amante, la ex reina de belleza, Dinorah Sampson, también de nacionalidad estadounidense.
Desde septiembre de 1978, hasta el 17 de julio de 1979, se dio una guerra de guerrillas, en la contienda murieron unos 30 mil civiles, entre ellos, un periodista norteamericano en manos de la Guardia Nacional, hecho que fue filmado y mostrado en todo el mundo, perdiendo así Somoza, el apoyo definitivo de su último aliado, los EE.UU.
Finalmente, los Sandinistas lograron sacar al último Somoza que quedaba en el poder, tras 45 años de ser gobernados por una familia y sus títeres, que manejaron el país con tanta plutocracia.
EXILIO DE SOMOZA EN PARAGUAY, EL PAÍS MÁS GENEROSO DEL MUNDO.
Nuestro país durante la dictadura stronista recibió el apodo de ‘Basurero del Mundo’, por parte de la prensa internacional, debido a la cantidad de personajes nefastos en la historia reciente, que gozaron de asilo y resguardo por estas tierras, durante el régimen de Alfredo Stroessner.
Los casos más sonados son el de los criminales Nazis como ‘El Ángel de la Muerte’ de Josef Mengele o de ‘El Carnicero’ Edward Roschmann, ni que decir narcotraficantes y estafadores que encontraron refugio y libertad absoluta en nuestro país. Es así que el asilo político a Anastasio Somoza Debayle en Asunción, no sorprendió a nadie.
Para Somoza, el Paraguay sería el casino más grande que haya conocido y donde también jugaría sus últimas fichas.
El ex dictador venía al Paraguay acompañado de su nueva pareja sentimental, Dinorah Sampsom, desde Miami, ya que el presidente de los EE.UU, Jimmy Carter, le hizo persona non-grata en ese país y fue así que no tuvo otra que elegir al país de su amigo Stroessner.
Somoza se hospedó en una mansión con salida a dos calles y siempre anduvo custodiado, algo que sabían muy bien, aquellos jóvenes argentinos que seguían sus pasos hace varios meses y quienes no iban a dejar el país hasta acabar con él.
COMIENZA LA OPERACIÓN ‘REPTIL’.
En los últimos días de 1979, los guerrilleros argentinos que pelearon en Nicaragua junto a los Sandinistas, ‘Ramón’, ‘Santiago’, ‘Armando’ y ‘Osvaldo’ , todos nombres de guerra, decidieron venir al Paraguay en mayo del 80 para localizar a Somoza. La consigna era entrar al país sin sospechas y salir sin dejar huellas.
Se guiaron por recortes de periódicos que decían que Somoza vivía sobre la Avda. Mcal. López y que viajaba en una limusina con chofer y que lo custodiaba un Ford Falcon rojo con cuatro guardaespaldas. Luego descubren que Somoza se había mudado a una mansión ubicada en la Avda. España, todo esto gracias a una viveza de los guerrilleros y una ayudita de la Policía stronista, que inocentemente brindaron la dirección exacta a una mujer (‘Julia’ una de las guerrilleras) quien subió a un taxi y preguntó por ‘una peluquería que queda a tres cuadras de la casa de Somoza’.
Ante el desconocimiento de dicha dirección por parte del taxista, este se detienen frente a una comisaría y pregunta a un policía, donde vivía el ex dictador, cuya referencia sirvió a la mujer. El policía le dice al taxista dónde quedaba la casa y éste la deja en la esquina como se lo pidió. De esta forma ya tenían a su blanco y solo faltaba estudiar sus movimientos, que comentan, era una rutina muy irregular.
Para una mejor observación, ‘Osvaldo’ compró un kiosko de revistas a 200 metros de la casa, ahí vendía revistas pornográficas a policías, con quienes tuvo ‘buena onda’ y no sospechaban nada. Finalmente, averiguaron que había dos casas sobre España que estaban en alquiler y ahí montan su Puesto de Comando, diciendo a los propietarios: ‘somos productores del cantante Julio Iglesias, quien está por venir al Paraguay’, todo era mentira, pero tenían que tener mucho cuidado, ya que a 400 metros estaba el Estado Mayor del Ejército, a 300 metros la Embajada de EE.UU y también Mburuvicha Roga, dónde había custodia permanente.
Ya con el blanco estudiado, los argentinos compraron un auto Cherokee azul y armas, que consiguieron del mercado negro paraguayo. Una M-16, que sería utilizado por ‘Ramón’ (Gorriarán Merlo), la bazuka de ‘Santiago’ (Hugo Irurzun) y un FAL para ‘Armando’, mientras que ‘Osvaldo’ se hizo de un ‘walkie-talkie’ que interceptaba la radio del Mercedes blanco.
LLEGÓ EL DÍA ‘D’ Y LA HORA ‘H’.
Luego ensayar la emboscada y solucionar los problemas técnicos del walkie-talkie y del auto Cherokee, los guerrilleros estaban listos para acabar con todo esto y fue así que el día 17 de septiembre de 1980, a las 10:35 de la mañana, ‘Osvaldo’ divisó la caravana de Somoza desde su kiosko y avisó a sus compañeros por el walkie-talkie diciendo: BLANCO!, BLANCO!.
‘Armando’ intercepta el auto de Somoza que se detiene frente a ‘la casa de los guerrilleros’, donde Gorriarán Merlo (Ramón) se encontraba en el jardín, apuntando con su M-16, esperando el bazukazo de ‘Santiago’, que fallaría en un principio, fue así que Ramón no tuvo otra que abrir fuego al auto, sin saber si era blindado o no, finalmente no lo fue y descargó su fusil, llenando de agujeros al auto, posteriormente, Santiago prueba por segunda vez su bazooka, ya con éxito, para hacer volar el auto y así todo Asunción lo escuchaba.
Los involucrados huyeron en la Cherokee, antes que llegue la prensa, las autoridades y los familiares del finado dictador nicaragüense.
RASTRILLAJE STRONISTA Y LA POLICÍA SIN INTELIGENCIA.
Con este atentado caía el mito de que Paraguay era el país más seguro gracias a Stroessner, que a la policía no se le escapaba nada y que eran impenetrables. En cierta medida lo era, pero sólo para oprimir a sus compatriotas, vigilarlos, apresarlos y torturarlos, mientras que extranjeros como un Anastasio Somoza o sus mismos verdugos argentinos, se pasaron ridiculizando a las autoridades stronistas.
Hace 40 años también hubo toque de queda, aunque por un motivo diferente. Habían asesinado al dictador nicaragüense Anastasio Somoza Debayle en Asunción, la policía comenzaba el mayor rastrillaje de la historia hasta ese momento en busca de los territoristas. pic.twitter.com/I9ewDMGY05
— 🅡🅔🅣🅡🅞 🅟🅨™ 🇵🇾 (@ReloadedRetropy) March 16, 2020
Tras el ajusticiamiento a Somoza, el régimen de Stroessner organizó un cruel rastrillaje por toda Asunción y alrededores, Sabino Montanaro, el Ministro del Interior ofrecía a la ciudadanía la recompensa de 5 millones de guaraníes (muchísimo en esa época), para encontrar a los guerrilleros, mientras que sus policías buscaban ‘conexiones’ y excusas para apresar opositores y así, muchos compatriotas se vieron obligados a quemar o enterrar libros considerados ‘subversivos’ por el régimen.
Hubo muchos inocentes detenidos y torturados, sin ser ‘interrogados’ siquiera por el caso Somoza. También fue la oportunidad de encerrar a cualquier turista y robarles. Un caso en particular el del periodista chileno llamado Alejandro Mella LaTorre, que trabajaba en diario Hoy, propiedad de Humberto Domínguez Dibb, y quien antes había sido corresponsal de la Revolución Sandinista, para un medio de Chile. El mismo pasó 8 años en la comisaría 5ta de la Chacarita y pasó todo tipo de penurias, hasta febrero de 1989.
Por su parte, el único caído del comando argentino fue ‘Santiago’, de nombre Hugo Irurzun, quien volvió al domicilio del barrio San Vicente, para retirar armas y unos 4 mil dólares, ahí fue interceptado, herido de bala y llevado a Investigaciones, donde murió en tortura.
El cuerpo sin vida fue mostrado a la prensa, con un Pastor Coronel (Jefe del Departamento de Investigaciones) que informaba a periodistas que había muerto en un fuego cruzado, mientras éste presentaba claros rastros de tormentos en el tórax y en su cabeza.
LOS MITOS Y RAZONES DEL ATENTADO.
Mucho se habló de la forma tan alevosa en que los guerrilleros lograron dicho golpe en un país tan vigilado y pequeño como el nuestro. El periodista argentino Julián Mandriotti, se entrevistó con Somoza un mes antes de su ejecución, y en el 2004 lanzó el libro ‘La última muerte de Somoza’ que investiga el caso en clave literaria, donde menciona que Humberto Domínguez Dibb (HDD, ex yerno de Stroessner), había contratado al espía chileno de la DINA, el mencionado periodista Alejandro Mella LaTorre, para que organice el atentado y contrate a unos guerrilleros argentinos que conoció en Nicaragua, todo esto, debido a un ataque de celos por parte de HDD, contra Somoza, quien había tenido un romance con su actual esposa, la reina de belleza, María Ángela Martínez.
El documento del ‘Archivo del Terror’ menciona a Mella LaTorre como un doble agente Pinochetista/Castrista, mientras que éste se defendió diciendo que fue víctima de un chivo expiatorio, ya que la policía quedó en ridículo ante el mundo entero y necesitaban culpables.
Por su parte, Gorriarán Merlo, escribía sus memorias donde aclara que el atentado a Somoza no fue una venganza de los Sandinistas, sino más bien, una orden del flamante gobierno revolucionario, que sostenía que ‘Tachito’, encabezaba una contra revolución.
Varias versiones, visiones y muchas especulaciones siguen rondando respecto a este caso muy poco hablado en nuestro país, inclusive en Democracia, donde la apertura a la información sobre los bienes de Somoza, las tierras que compró, dónde fueron a parar y si se ejecutó para la reforma agraria, son negados.
Éstas cuestiones y más, también se plantean en el libro ‘Somoza en Paraguay’, lanzado en Agosto del 2014 y escrita por la joven Nicaraguense, criada en Paraguay, Mónica Zub Centeno, quien estudió en la Universidad de Misiones, cuya tesis fue sobre éste caso.