La policía de Nueva Zelanda recurrió a la música de James Blunt en su último recurso para dispersar a manifestantes que se oponen al pase sanitario.
Desde el pasado 8 de febrero, miles de personas acampan fuera del parlamento neozelandés, contra los mandatos sanitarios, en la capital del país, Wellington.
Las tácticas utilizadas por las autoridades locales para tratar de deshacerse de los manifestantes han incluido encender los rociadores de agua en el césped donde acamparon. Pero los manifestantes tomaron represalias cavando trincheras y construyendo tuberías de desagüe improvisadas para desviar el agua, según BBC News.
Cuando la táctica de los rociadores resultó ineficaz, la policía recurrió a los grandes éxitos de Barry Manilow, que incluyen ‘Mandy’ y ‘Could It Be Magic’, en un ciclo de 15 minutos desde uno de los altavoces del parlamento, así como hits de los años 90, como la ‘Macarena’ y varios mensajes pro vacunas.
Después de enterarse de lo que estaba sucediendo, Blunt ofreció sus servicios a las autoridades de Nueva Zelanda a través de Twitter. “Avísame si esto no funciona @NZPolice”, tuiteó, compartiendo una historia sobre las protestas.
Give me a shout if this doesn’t work. @NZPolice https://t.co/AM2dZ6asMS
— James Blunt (@JamesBlunt) February 12, 2022
Unas horas más tarde, parecía que la oferta del cantautor había sido aceptada, y su éxito de 2005, ‘You’re Beautiful’, sonaba por el altavoz.
Sin embargo, los manifestantes no se dispersaron y respondieron cantando otras canciones sobre Blunt, como ‘We’re Not Gonna Take It’ de Twisted Sister, todo mientras bailaban bajo la lluvia.
Yeni Zelandalı yetkililer, parlamento binası önünde kamp kuran aşı karşıtı göstericileri uzaklaştırmak için ‘Macarena’ çaldı. Protestocular ise bu hamleye, rock grubu Twisted Sister’ın ‘We Are Not Gonna Take It” isimli şarkısını çalarak karşılık verdi. (Independent) https://t.co/1ONak1nAjk
— ÇapaMag (@CapaMag) February 12, 2022
El jueves (10 de febrero) la policía dijo que había arrestado a 122 personas, acusando a muchas de allanamiento u obstrucción.
Nueva Zelanda ha empleado estrictas restricciones de coronavirus para contener el virus durante casi dos años. Los bloqueos y el cierre de fronteras internacionales han ayudado a mantener muy bajas las tasas de infección y el número de muertes.
Pero la duración de muchas restricciones, incluido un aislamiento mínimo de 10 días y un mandato de vacunación, ha alimentado un resentimiento creciente en la comunidad.
