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El pequeño y austero pueblo donde creció Kurt Cobain


Por Orlando Salerno.

Hoy se cumple el 30 aniversario de la muerte de Kurt Cobain, el líder de Nirvana, quien dejó este mundo a los 27 años de edad, tras una corta, pero descomunal carrera musical.

Kurt Donald Cobain, nació un 20 de febrero de 1967, en Aberdeen, una pequeña localidad perteneciente al estado de Washington, que está compuesta por tan sólo 16.000 personas y cuanta con la penosa estadística de ser el pueblo con más altos índices de suicidios en los EE.UU.

Por esa razón, ese distrito obtiene la mayor parte de los fondos para la atención de la salud mental, recibiendo unos $73 por persona por año, según Wisconsin Watch.

Aberdeen es también un lugar sumido desde hace décadas en una profunda crisis económica y con unas elevadas tasas de desempleo y consumo problemático de sustancias ilícitas.

A su vez, fue ahí también donde Kurt Cobain, siendo un adolescente, se inició en el mundo de la música y también fue donde se inspiró para escribir algunas de las canciones que acabaron convirtiéndolo en una leyenda, a través de su furia, frustración y depresión.

La relación que unió al cantante con su ciudad natal siempre fue complicada y en más de una ocasión mostró su desprecio hacia ella, asegurando que estaba llena de gente «racista e intolerante».

Y  hasta el día de hoy, la comunidad de Aberdeen no ha encontrado la manera de honrar a su ciudadano más ilustre y famoso, salvo el la colocación de la frase «Come As You Are», que se le añadió al cartel de bienvenida a la ciudad, en el año 2005.

En el sitio Ultimate Classic Rock, el músico Buzz Osborne, frontman de The Melvins, recordó una noche en la que, de adolescente, Kurt Cobain fue arrestado por hacer varias pintadas que se destacaban por su «humor negro».

«Solíamos salir y hacer pintadas por toda la ciudad», recuerda Osborne,  quien era amigo de la adolescencia de Cobain en Aberdeen, Washington. «Solíamos pintar cosas que pudieran ofender a todas las personas de la ciudad», añadió.

Esas andanzas eran realizadas por Cobain, Osborne y el primer baterista de The Melvins, Matt Dillard.

Por lo general, el trío solía salirse con la suya, porque eran más rápidos a la hora de esconderse de la policía. Sin embargo, hubo una noche de 1986 en la que su suerte cambió y sus planes se truncaron.

«Pasamos por la esquina de un banco y, de repente, aparece la policía, había agentes de policía por todas partes», recuerda el músico. «Así que comenzamos a correr en diferentes direcciones y en una de ellas arrestaron a Kurt», recuerda.

En esa ocasión, la policía lo detuvo por un graffiti que decía «God is Gay» (Dios es Gay).

«Habían atrapado a Cobain de alguna forma. Parecía que se había escondido en alguna parte. Se lo llevaron para el calabozo».

Cobain pasó la noche en la cárcel y, más tarde, le contó a Osborne que la experiencia había sido «horrible».

«Era un artista realmente bueno. Si hacía una pintada o un dibujo, solía tener mucha calidad», dice Osborne sobre Cobain. «Sin embargo, solía tener mucho humor negro y las cosas que pintaba no eran para todos los públicos».

Años después, tras el éxito de Nirvana y la posterior muerte de Cobain, se le consultó a Osbourne sobre la posibilidad de que la ciudad de Albardeen le construya un monumento a Cobain, a lo que respondió:

‘Deberían poner un monumento a Kurt en el mismo calabozo donde lo metieron una vez’.

 

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