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La última adolescencia de los Arctic Monkeys


Por Orlando Salerno.

El primer álbum de los Arctic Monkeys cumple 18 años de edad y mantiene su frescura adolescente atemporal.

Hasta el día de hoy, ‘Whatever People Said the I am That’s What I’m Not» (2006), sigue siendo el disco debut más vendido en la historia del Reino Unido, siendo la gran respuesta británica al «Is this It» de The Strokes, lanzado en el 2001.

La banda oriunda de Sheffield se había vuelto un fenómeno a través de sus demos alzados al sitio My Space, para su descarga gratuita.

Los Arctic Monkeys, que no llegaban a los 20 años, firmaron un contrato disquero con el sello indie Domino Records, tras haber rechazado a varias compañías multinacionales como Epic y EMI, quienes pretendían adueñarse de su destino creativo y artístico.

Desde entonces, siguen siendo la banda independiente más exitosa del mundo, alcanzando su punto de inflexión en el 2013, con la salida de su quinto álbum ‘AM’, con el que irrumpieron en el mercado norteamericano.

Su LP inicial vendió más de 300 mil copias en su primera semana y convirtió a unos tímidos jóvenes en los «salvadores del rock británico».

Cuando salió el disco, la NME publicó:

«Los Arctic Monkeys tienen la ironía de los Sex Pistols, las melodías de los Beatles, el groove de The Smiths y llevan el legado de The Kinks, con un aire de Oasis». Era lo que el mundo estaba esperando

El grupo dijo que no leían las reseñas positivas de la prensa, porque no tenían tiempo y no les gustaba dar entrevistas, porque preferían estar en un bar con sus amigos.

El cantante Alex Turner había declarado también que no le entusiasmaba la idea de hacer videos musicales, porque odiaban tener que actuar o hacer «caritas» a la cámara. Por esa razón, sus primeros sencillos eran shows en vivo del grupo.

El primer corte del álbum fue ‘I Bet You Look Good on the Dance Floor», que llegó al puesto No. 1 del UK Single Chart.

El video del tema estaba inspirado en lo que había sido ‘Last Nite’, el clip de The Strokes, la banda favorita del cuarteto que emulaba a sus ídolos neoyorkinos usando luces y cámaras de la TV de los ochentas.

«When the Sun Goes Down» fue otro de los cortes del álbum que alcanzó el primer puesto y el éxito ya era imparable.

El tema habla sobre una joven prostituta que era explotada por un malvado proxeneta, en la misma calle donde la banda solía ensayar.

El video de la canción recrea esa misma situación.

Los recitales de los Monkeys eran a casa llena y salvajes, eran los nuevos líderes de una generación que se volvía a enamorar del rock de guitarras y las letras inteligentes.

«Fake Tales of San Francisco» representa la imaginación que tienen los jóvenes de pequeñas ciudades que cuentan historias ficticias acerca de lugares que nunca conocieron y que dicen ser de países que no son.

“You’re Not from New York City, You’re from Rotherham” (No sos de New York City, sos de Rotherham).

En su primera semana, ‘Whatever People Say I Am, That’s What I’m Not’, superó en ventas a ‘Definitely, Maybe’ (1994), el debut Oasis que había superado a ‘Please Please Me’ (1963), el primer disco de los Beatles.

El álbum ganó el Brit Award a Mejor Disco del Año en 2007, venciendo a  ‘Back to Black’ de Amy Winehouse, ‘Black Holes and Revelations’ de Muse y ‘Eyes Open’ de Snow Patrol.

El grupo no fue a la premiación porque se encontraban de gira, pero tampoco les importaba mucho esas cosas.

Ellos estaban formando su personalidad y su música se vendía sola, sin la necesidad de exponerse mediáticamente.

Arctic Monkeys fue la primera banda que se hizo viral en Internet, sin ayuda de las radios o la MTV de ese momento, y mucho antes de los smartphones, Youtube y los algoritmos que hoy representan toda una estrategia digital en las plataformas de música online como Spotify.

La calidad del contenido musical estaba por encima de la figura del rockstar, una etiqueta con la que Alex Turner y compañía no se sentían cómodos.

Ya pasaron 18 años de aquellos rostros pubertos con voces en pleno desarrollo hormonal y hoy los Arctic Monkeys son unas acomodadas estrellas de rock, que crecieron con su público y fueron los últimos adolescentes.

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