Un estudio de la Universidad Goldsmith, revela que ir a un concierto de música en vivo, cada dos semanas, podría añadir hasta 9 años de vida a una persona.
La investigación fue realizada por el profesor Patrick Fagan, especializado en ciencias del comportamiento; en colaboración con la mítica sala de conciertos The O2 Arena de Londres, Inglaterra (vía Life Box Set).
Según el estudio, vivir un concierto durante sólo 20 minutos puede suponer un aumento del 21% en la sensación de bienestar. Además, la investigación encontró un vínculo directo entre “altos niveles de bienestar y un aumento de la esperanza de vida de nueve años” o más.
Es significa que los fans más jóvenes pueden aumentar efectivamente su esperanza de vida al permitirse un comportamiento positivo. Es decir, siempre que se abstengan de drogas gravemente nocivas, de actividades de alto riesgo y tengan hábitos saludables en general.
La estimación de la extensión de la vida no fue una suposición aleatoria. A los participantes del estudio se les realizaron pruebas psicométricas y pruebas de frecuencia cardíaca.
Los resultados mostraron que los participantes aumentaron sus sentimientos de autoestima (25%), cercanía con los demás (25%) y estimulación mental (75%) cuando van a conciertos.